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Chavistas (la noche de los lápices)


Como en una vieja foto blanco y negro, los recuerdos de una historia atroz que apenas estamos superando se encarnan en un presente menos trágico pero que tiene aun puntos de contacto con ese pasado cruel.
El otrora bigotudo Jefe de Gobierno, o alguno de sus payasescos ministros, califica de chavista a un grupo de estudiantes secundarios que desde hace un mes jaquea su ya de por si jaqueada gestión de gobierno, en una actitud que de nada sirve para destrabar el conflicto.
Como si se tratara de un caprichoso juego adolescente de ver quién la tiene más larga, el alcalde acaso solo atine a mostrarse fuerte ante ese electorado más reaccionario, la última muralla que le queda en pie de cara a las próximas elecciones, y redobla la apuesta frente a sus quinceañeros vecinos a pocas horas de regresar de su paseo invernal por la vieja Europa.
Empequeñecido en sus batallas, el pobre Mauricio elige confrontar con los jóvenes organizados, ridiculizándose hasta el hartazgo en su maraña de improvisadas jugadas políticas de saldo perdedor.

Mientras esto ocurre, se recuerdan los 34 años de aquel otro ataque a la educación, la noche de los lápices.
Estratégicamente elegida la fecha, un 16 de Septiembre de 1976, un grupo de estudiantes secundarios de La Plata fue secuestrado mientras marchaba en reclamo por el boleto estudiantil, y fue torturado y asesinado por la Junta Militar y sus grupos de tareas. Historia conocida, felizmente ya parte de un pasado que no volveremos a ver.
No volveremos a ver, porque están acorralados y temerosos. Porque son una minoría sin sustento social, perdida como una manada de lobos viejos que solo pueden dar algunos zapazos furiosos pero sin dientes.
Al menos esta es la conclusión que saco luego de presenciar el acto más vergonzoso que haya visto en mis años de fotoperiodista. Y fue, llamativamente, justo ayer, en vísperas a la conmemoración de la tragedia estudiantil platense.

Ministerio de Educación de la Nación, casi las 2 de la tarde. Un grupo de unos 50 estudiantes de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata se moviliza hasta allí para reclamar por fondos para viajes de estudios. Unos 50, dije. Dos o tres de ellos cruzan una calle y comienzan a pintar una pared.
Lo que creemos que fue un cana de civil (vestía saco y corbata), quién cobardemente nunca se identificó, pela una nueve, toma del cuello a uno de los estudiantes (con una de esas tomas que usualmente vemos por TV en los casos de delincuentes que tienen rehenes) y amenaza al resto. Llegan los refuerzos y se producen enfrentamientos y golpizas. Un par de estudiantes reciben unos golpes, y 3 de ellos son llevados detenidos.
Rato después, cuando todo parecía encauzarse por los canales del diálogo, se produce otra escaramuza menor, con algunos gritos y empujones. Otro cana, esta vez de uniforme, algo desencajada su cara, patea sin necesidad varias veces a un estudiante que estaba en el suelo, al cual también se querían llevar detenido. Llega la infantería, que forma un cordón frente a los pibes, en un exagerado operativo, pretensiosamente sobreactuado.

Volví a ver aquellas viejas imagenes en blanco y negro, de aquellos años de plomo, que continuamente vemos en noticieros que por estos días hacen bien en traernos a la memoria los hechos aberrantes que propiciaron los mismos que hoy llaman chavistas a los que reclaman por sus derechos estudiantiles.
Esta vez no hubo tiros, ni secuestros, ni muertos. Sí, creo, existió en algunos elementos de la federal esa pulsión por la violencia y la humillación que varios de ellos se esfuerzan en reprimir porque, afortunadamente, no están dadas las condiciones políticas para actuar como en el pasado. Empero, cada tanto buscan la manera de satisfacerse, especialmente si el otro tiene el pelo largo, o es morocho, o reclama algo. Y se les nota.

Para volver al desprestigiado Mauricio, solo una última reflexión: es peligroso (para si mismo) cuando desde la política, por ineptitud o por lo que fuera, lo único que se sabe hacer es tratar de apagar un fuego con un chorro de nafta.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando no hay razón, hay agresión. Definición de agresión según la Real Academia Española: Ataque, acto contrario al derecho de otro.
Pobre señor este Macri, lástima que se tuvo que cruzar en el camino, bueno por un lado mejor, así aprendemos que la pinta es lo de menos (esto lo digo porque mucha gente vota por el envase) que bien le vendría tomarse el piróscafo. "Estaría bueno Bs. As.". Veo mal o ese policia, en la primer foto, está con un chaleco anti balas que pareciera anti cañonazos, ja ja claro debe tener miedo que los pibes le claven una bic trazo fino, o un liquid, nunca entendí la actitud de la poli, yo digo, los rasos, los que no tienen rango, no mandan a los pibes al colegio público? entonces ellos deben saber cual es la realidad, como hacés para reprimir la propia necesidad? es muy complejo para mi. Gracias Mariano por este documento, por favor seguí recorriendo y no es malo ser chavista, que va! con las especies que adornaron nuestro pais!ADB.