Me hice un rato ayer para pasar por la estación Darío y Maxi, ahí nomás del Riachuelo que une y divide a la Ciudad de Buenos Aires de eso otro que se llama Conurbano.
Pensaba también en la juventud cuando se utiliza para perseguir un ideal, para buscar justicia, para luchar por un futuro. Pensaba en aquellos que se dedican a arrancarle a la realidad una esperanza y en aquellos que se dedican a arrancarle las esperanzas y la vida a los que persiguen ideales y futuro. Sobran ejemplos.
Hace pocos días, tres jóvenes que, como Darío y Maxi, venían de los barrios bajos de una ciudad dividida, fueron acribillados por policías, también como Darío y Maxi.
Pasaron 8 años del asesinato del Puente Pueyrredón, apenas 10 días de las ocurridas en Bariloche, y seguimos teniendo muestras del obrar de las policías en contra del pueblo de la que forman parte y deberían proteger.
Como se recordó en los actos de ayer y hoy en Avellaneda, son muchos los caídos en todos estos años a manos de las fuerzas de seguridad, a pesar de tener un gobierno nacional que ha evitado la represión de cualquier tipo de manifestación o reclamo.
Recordamos al maestro Fuentealba, a Julio Lopez, a Luciano Arruga, a Diego Bonefoi y principalmente recordamos al "presidenciable" Duhalde y a Jorge Sobisch, quienes deberían dar explicaciones en la justicia y por quienes se pide cárcel por ser los presuntos autores intelectuales de algunas de las muertes jóvenes.
Subo a continuación algunas de mis fotos de estas jornadas de memoria, y recomiendo mirar este trabajo fotográfico sobre Darío y Maxi al que accedí por casualidad, que nos hará recordar un siniestro pasado demasiado cercano.
Se puede leer una cobertura de la jornada de actividades artísticas en honor a Darío y Maxi accediendo por acá.
No queremos más muertes por gatillo fácil. No queremos más muertes ni desapariciones.
1 comentario:
Gracias, che. Buen laburo el tuyo, como siempre. Abrazo.
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