Cuarenta y ocho horas va a durar el otro bicentenario. El que festejan algunos pueblos originarios, organizaciones barriales de izquierda, la FUBA y otra gente.
Fueron llegando los entusiastas después del mediodía de hoy. Tuvieron la posibilidad de comer alguna cosita y de escucharse a través de una radio, o mismo desde el escenario montado de espaldas al edificio del Congreso Nacional. Whipalas, trapos de colores, afiches y fotos adornan la cosa, y la alegre música también, a pesar de ser un evento que fue pensado como un contra festejo bicentenrario.
Críticas a la minería, a la soja y al capitalismo imperial se escucharon en las mesas de debates y en los micrófonos, y no se evitó relacionar al gobierno nacional con una supuesta conspiración del imperio para quedarse con toda la América Latina. El plan vial de Vicente López, los atropellos de una empresa constructora del Tigre, las pósimas de Monsanto y la extracción de oro estuvieron presentes.
Mucho color, música y material para pensar, a pocas cuadras de la fiesta oficial. Finaliza mañana 25.
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